miércoles, 11 de julio de 2012

DODECÁLOGO DE UN CUENTISTA



I.
Contar un cuento es saber guardar un secreto.

II
Aunque hablen en pretérito, los cuentos suceden siempre ahora. No hay tiempo para más y ni falta que hace.

III
El excesivo desarrollo de la acción es la anemia del cuento, o su muerte por asfixia.

IV
En las primeras líneas un cuento se juega la vida; en las últimas líneas, la resurrección. En cuanto al título, paradójicamente, si es demasiado brillante se olvida pronto.

V
Los personajes no se presentan: actúan.

VI
La atmósfera puede ser lo más memorable del argumento. La mirada, el personaje principal.

VII
El lirismo contenido produce magia. El lirismo sin frenos, trucos.

VIII
La voz del narrador tiene tanta importancia que no debe escucharse demasiado.

IX
Corregir: reducir.

X
El talento es el ritmo. Los problemas más sutiles empiezan en la puntuación.

XI
En el cuento, un minuto puede ser eterno y la eternidad caber en un minuto.

XII
Narrar es seducir: jamás satisfagas del todo la curiosidad del lector.




Andrés Neuman (Del libro Alumbramiento )




1 comentario:

Alfonso González dijo...

Para grabarlos en mármol o aprendérselos de memoria. Cada mandamiento es profundo y sabio. Muy grande Andrés Neuman. Gracias por compartirlo, Madseason.