sábado, 25 de agosto de 2012

Microrrelatos escondidos: OZ


¿Estabas aquí cuando la última ejecución del Estado?
Yo fui la última persona ejecutada en este Estado.
En un flashback en blanco y negro vemos al prisionero, treinta años más joven, mientras lo conducen a la silla eléctrica. Le colocan en la cabeza el casco conductor y las correas en los brazos. A continuación le tapan la cara con una máscara de cuero con aberturas para respirar. El alcaide da la señal y el funcionario de prisiones baja el interruptor. El prisionero comienza a convulsionar y a humear, pero de pronto las luces parpadean y se produce un apagón.
—O sea, que el apagón del 65 te salvó la vida.
—Se fue la electricidad en cinco estados. Hasta hoy no saben si eso salvó mi vida, o fui yo quien provocó el apagón.



      Este texto, que bien podría ser un gran microrrelato, es, sin embargo, una escena del capítulo 4 de la 1ª temporada de la serie Oz.  Me hace tremendamente feliz escribir esta entrada, donde he conseguido reunir mis dos grandes pasiones: las series y la literatura breve. Los microrrelatos son escurridizas criaturas  miméticas como camaleones que se esconden en cualquier resquicio. Pueden ocultarse en la acera que pisas, en la ensalada que comes, o pasar frente a ti mirándote desde la ventanilla del autobús. Y ahí permanecen, a la espera del buen ojo del observador alerta.  Este no se me ha escapado. Me impactó tanto que lo he extraído y os dejo la escena en vídeo y su transcripción en español. Y aprovecho para recomendaros esta magnífica serie de HBO: OZ, donde la vida en una prisión es contada desde un punto de vista brutal, artístico, filosófico y profundamente humano, transmitiendo al espectador lo que significa realmente la pérdida de libertad, la cadena perpetua o la pena de muerte. Cómo el ser humano puede perder toda su humanidad en una prisión, y, al mismo tiempo, cómo puede su espíritu sortear los barrotes y encontrar un sentido a la vida. 


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