jueves, 1 de noviembre de 2012

Amnesia post mortem



       Avanzo con sigilo por el apartamento. La penumbra de la hora tan temprana confiere a los objetos cierto aire fantasmagórico. Apenas diviso el contorno de los muebles pero, extrañamente, no me tropiezo con nada en mi camino hacia el dormitorio. Aún está acostado. Contengo una arcada de asco ante la visión de su figura inflona, mórbida, desparramada sobre la cama. Concentrando en un gesto todo el desprecio que me inspira este sujeto agarro la almohada que voy a apretar contra su cara hasta que esté muerto. Pero me detengo. Algo va mal. Demasiado inmóvil. No respira. Entonces veo el bote vacío de somníferos sobre la mesilla. El cabrón se me ha adelantado. Y de repente lo recuerdo todo. Me siento despacio en la cama y empiezo a hacerme a la idea de ser el fantasma errante de un suicida obeso y cobarde por toda la eternidad.






¡Feliz Día de Difuntos!

4 comentarios:

La lengua salvada dijo...

¡Muy bueno, Jes! E3 final le da una vuelta de tuerca más al asunto. Y la foto es realmente inquietante.

Saludos

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Coincido con el comentario de Mikel, Jes; es ese final, esa vuelta de tuerca la que hace grande a este micro y nos lleva de vuelta al principio para releer e ir disfrutando.

Un abrazo,

Jes Lavado dijo...

Mikel, Pedro, me alegra mucho que os guste.
Besos a los dos.

Alfonso González dijo...

Es muy bueno. Felicidades.