sábado, 9 de agosto de 2014

Apocalipsis

   
En la número 9, Supermán se rasca la inmensa barriga, apura el vaso de güisqui  y se tira un pedo que agujerea los mugrientos calzones rojos y rasga las cortinas. Después arroja varios billetes a una prostituta que le mira con odio entre toses ahogadas.
En la 11, Batman se inyecta heroína mientras observa a un adolescente bailar desnudo frente a él.  Lobezno aúlla a cuatro patas y gimotea como un cachorro cuando una dominatrix  anciana le azota las nalgas. 

Dos puertas más allá, Spiderman recorre las paredes cazando arañas que ingiere con deleite y repite como un mantra la palabra “Albacete“.
En la recepción, Wonder Woman derrama sus 160 kilos sobre el mostrador. Empalma un cigarrillo con el siguiente, la atención fija en una telenovela.  Pero la interrumpen Supermán, que baja a por hielo, y Batman, que se ha quedado sin condones. Entonces comienzan las noticias, con sus aviones comerciales derribados, sus guerras fratricidas y sus madres desconsoladas cargando a hijos muertos en los brazos. Lo de siempre.
—Fue un terrible error contarles la verdad. No debimos permitir que dejaran de creer en nosotros —murmura Supermán.
—Que les jodan —masculla Batman.
Spiderman, entretanto,  hace pucheros encaramado a una lámpara.

Imágenes: Greg Guillemin




2 comentarios:

Alfonso González dijo...

Esto es un cuentazo.

Alfonso González dijo...

Me he confundido, me refería al cuento de la Luna, un auténtico cuentazo! (Este de los súper héroes tiene otros "valores".)