martes, 15 de abril de 2014

Crónica anticiclónica

   
Desde que decidí mudarme al ojo de un huracán disfruto de una calma envidiable. Aquí nunca llueve ni hace viento. Tampoco escucho tus reproches, ni mis gritos. En cuanto te acostumbras, el estruendo que produce al engullir urbanizaciones enteras se convierte en un pacífico arrullo que propicia dulces siestas sin sueños. Vivir aquí es sencillo: nunca tardan en aparecer restos de una barbacoa interrumpida, o un bocadillo que un escolar rezagado apenas tuvo tiempo de mordisquear. A menudo llegan a mis manos lecturas variadas y, los fines de semana, es fácil atrapar licores procedentes de algún botellón arrasado por mi hogar vertiginoso. Eso sí, has de tener la precaución de no agarrar nada que traiga consigo un inquilino indeseable, aferrado a su cubata, o a su teléfono móvil; en el centro de mi huracán sólo hay sitio para uno. Mi vida es ahora perfecta. Casi un nirvana. Aun así, de vez en cuando me sorprendo contemplando las paredes giratorias de mi palacio, alerta como un felino, por si en una de sus vueltas caprichosas apareces y me gritas. O me insultas. O me miras enfadada y, a lo mejor, me pides que vuelva contigo.




3 comentarios:

Luisa Hurtado González dijo...

Muy curioso el paralelismo entre huracán y ¿bronca?. Efectivamente el centro es el sitio en calma pero... es un lugar que se mueve, inestable, al que solo se puede llegar si se superan los vientos que lo rodean (y hay que superarlos y hay que vigilarlos).
Me gusta y también... creo que porque me gusta... hubiera preferido que hubieses ido más allá, que hubieses "atado" ese paralelismo con puntadas muy finas, mucho más precisas.

Si, interesente.

Saludos

Alfonso González dijo...

Pues si la soledad deviene aburrimiento, malo. Terrible encrucijada la del prota: o la bonanza solitaria o la discordia en pareja; o la paz sin ella, o la guerra con ella. Tela.
Por cierto, y aparte de todo esto: qué bien escribes, carajo. Pero esto no es una novedad. Un abrazo.

Edita Nogueira Tallón dijo...

Te he descubierto en ENTC y como me ha gustado tu manera de hacer, me he pasado a dar una vuelta por aquí. Efectivamente, escribes muy bien. Este relato me ha llamado especialmente la atención por su originalidad y por ese toque surrealista tan difícil de conseguir en un texto corto.
Edita Nogueira.