─Abuelo, me llevas al zoo?
─ Te he dicho mil veces que no me llames así. Soy tu tutor senior de
adiestramiento. Y no es un zoo, es una bio-reserva de análisis de conducta. Ya
deberías saberlo. ¡Hace dos semanas que te instalaron el software
pre-adolescente 2.0!
BX-512 asiente dócil, pero configura una mirada
suplicante con un 12% de terquedad y leve expresión traviesa que hace suspirar al
anciano. Este, resignado, coge la mano de su nieto-ciborg de 3ª generación con
sólo un 25% de ADN humano, y juntos se
encaminan al “zoo” bajo un cielo inoxidable.
Cuando llegan, el sol rezuma unas últimas llamaradas
desvaídas antes de que el firmamento se plague de estrellas borrosas.
Luciérnagas que persisten sobre la atmósfera contaminada. BX-512, con la nariz
pegada al cristal polarizado, observa curioso. Al otro lado, ajena a todo, una
hembra 100% humana amamanta un bebé bajo una higuera. Más allá, una joven pareja
copula tras unos arbustos, entregada a un frenesí salvaje.
─¿Qué hacen, abuelo?
El
viejo calla. Un fluido salado y caliente desborda su lagrimal y repta lentamente
rostro abajo.
─No lo sé. Ya no lo recuerdo.
Sobre
ellos, la Estrella Polar titila, quizá por última vez, indecisa.
2 comentarios:
Excelente relato futurista, bastante pesimista con esos seres humanos enjaulados como animales. Me gusta la atmósfera sobrecogedora y esas inconfundibles gotitas de humor lavadiano. Resumiendo, 100% de calidad.
Me ha gustado lo del % de terquedad. Te ha quedado un relato muy chulo.
Saludos desde Berlín
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