Reencarnación del sábado noche
La fiesta era tan loca, el ponche suministrado tan sublime y efectivo, que llegada cierta hora, nadie logró recordar si era ángel o demonio. No hubo forma de distinguir entre querubines ataviados con cuernos de plástico y rabos de fieltro, y súcubos envueltos en lino blanco con encantadoras alas de vulgar algodón. El caso es que, al ritmo de una desquiciante música ultramoderna, una legión de criaturas sobrenaturales danzó poseída la última canción del baile de máscaras, celebrado en algún punto intermedio entre el cielo y el infierno. Después de la monumental juerga, tras abundantes plegarias diabólicas y no pocas cópulas celestiales, todos partieron, ebrios e indecisos, sin tener muy claro a qué bando pertenecían ni hacia dónde dirigir sus pasos. No obstante, de una forma u otra casi todos encontraron un cálido vientre materno donde alojarse y nacer al día siguiente, sin saber muy bien quiénes eran, con una horrible resaca, pero con el propósito firme de empezar de cero.
5 comentarios:
Vengo a cotillear en tu blog desde ENTC, pero me quedo un rato más.
Un saludo
JM
Como J.Manuel vengo disparado de ENTC a leerte más cosas. El regusto de tu loca fiesta me ha encantado y por aquí me quedo.
Abrazos
Felicidades por lo de ENTC. Me alegra te hayan elegido.
Un abrazo y nos leemos,
Mikel
Felicidades por tu éxtito en ENTC. Ya te comenté allí, y ahora, con algo más de tiempo me cuelo en tu casa para leerte un poquito más.
Felicidades.
Un abrazo
Bienvenido a mi casa, Juan Manuel. Espero que me visites a menudo. Un abrazo.
Montesinadas, gracias por venir. Pronto te haré yo una visita. Abrazos de vuelta.
Mikel, desde luego, yo te leo siempre. Y es un gran placer . Abrazos.
Anna, sé bienvenida y gracias por tu felicitación. Muchos saludos.
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