Con esa
exactitud tan característica de la ciencia. Así mezcla sor Teresa los
ingredientes. Porque, no nos engañemos, la cocina es una ciencia y las monjas
son sus maestras. 100 gramos de azúcar, un avemaría —al padre Luis le va a
encantar—, almendras, ajonjolí, un padrenuestro —¡qué pesado es!, todo el día
predicando el voto de pobreza e intentando que donemos las joyas de la Virgen—,
y el toque final: una pizca de canela… —este cura moderno y melenudo es, además
de progre, un goloso. Seguro que no se resiste a mi brioche—
…y 50 miligramos de cianuro, ni uno más ni uno menos.
Microrrelato participante en Relatos en Cadena en la semana del 11 de octubre de 2012.
6 comentarios:
Muy bueno, Jes, muy bueno.
Excelente apuesta para un concurso muy difícil -sólo hay que ver el nivel de los micros de ayer-.
Me gusta esta monjita, en la que, a pesar de los votos, persiste el apego a lo material.
Un abrazo,
Hola. Suelo pasear un rato por los blogs buscando más micros presentados al ReC, por eso paso por el tuyo.
Me gusta ver que es lo que han escrito otras personas.
Y si además me encuentro con que Pedro pasa por aquí motivo de mas para volver.
Creo que el micro que ha ganado esta semana es genial.
Te dejo entrada a mi blog... hice mi propia aportación.
http://espiralesdetinta.blogspot.com.es/2012/10/52-cuestion-de-dignidad.html
Un relato excelente, perfectamente balanceado hasta confluir en el toque final. ¡Buenísimo, Jes!
Pedro, gracias por tus alentadoras palabras. Seguiremos intentándolo.
Fernando, bienvenido. Prometo pasarme por tu blog en breve. Vuelve cuando quieras.
Muchas gracias, Alfonso. Tus palabras me dan ánimos.
Me ha gustado mucho. Especialmente el ritmo.
Un saludo desde Berlín (que no desde Frankfurt am Main, como cuenta el "seguidor de visitas") ;)
Lengua, muchas gracias. Aprovecho para darte la enhorabuena de nuevo por tu formidable micro ganador del concurso de abogados. Te hice un comentario en tu blog, pero no aparece (no sé por qué). Acabo de volver a leerlo y me gusta muchísimo. Es genial.
Me das mucha envidia. Por tu micro y por estar en Berlín, ciudad a la que estoy deseando ir.
Un saludo desde Málaga.
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