En la 11, Batman se inyecta heroína mientras observa a un
adolescente bailar desnudo frente a él. Lobezno aúlla a cuatro patas y
gimotea como un cachorro cuando una dominatrix anciana le azota las
nalgas.
Dos puertas más allá, Spiderman recorre las paredes cazando
arañas que ingiere con deleite y repite como un mantra la palabra “Albacete“.
En la recepción, Wonder Woman derrama sus 160 kilos sobre el
mostrador. Empalma un cigarrillo con el siguiente, la atención fija en una
telenovela. Pero la interrumpen Supermán, que baja a por hielo, y Batman,
que se ha quedado sin condones. Entonces comienzan las noticias, con sus
aviones comerciales derribados, sus guerras fratricidas y sus madres
desconsoladas cargando a hijos muertos en los brazos. Lo de siempre.
—Fue un terrible error contarles la verdad. No debimos
permitir que dejaran de creer en nosotros —murmura Supermán.
—Que les jodan —masculla Batman.
Spiderman, entretanto, hace pucheros encaramado a una
lámpara.
Imágenes: Greg Guillemin
2 comentarios:
Esto es un cuentazo.
Me he confundido, me refería al cuento de la Luna, un auténtico cuentazo! (Este de los súper héroes tiene otros "valores".)
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